jueves, 18 de diciembre de 2008

Rayuela

Me da pena leer Rayuela, es como que me inundara de la resignación de la Maga y su frescura coqueta y a la vez del amor gastado de Oliviera.
"¿Qué venia yo a ahcer al Pnt des Arts? Me parece que ese jueves de diciembre tenia pensado cruzar a la orilla derecha y ebebr vino en el cafecito de la ue des Lombardes donde madame Léonie me mira la palma de la man y me anuncia viajes y sorpresas. Nunca te llevé a que madame Léonie te mirara la palma de la mano, a lo mejor tuve miedo de que leyera en tu mano alguna verdad sobre mi, porque fuiste siempre un espejo terrible, una espantosa máquina de repeticiones, y lo que llamamos amarnos fue quizá que yo estaba de pie delante de vos, con una flor amarilla en la mano, y vos sostenías dos velas verdes y el tiempo soplaba contra nuestras caras una lenta lluvia de renuncias y despedidas y tickets de metro"
"La vida habia sido eso, trenes ue se iban llevándose y trayéndose a la gente mientras uno se quedaba en la esquina con los pies mojados, oyendo un piano mecánico y carcajadas manoseando las vitrinas amarillentas de la sala donde no siempre se tenía dinero para entrar"
"- Tampoco, Horacio. a ves lo distintos que somos.
- Sí, la piedad no es mi fuerte. Pero también yo podria llorar en una de esas, y entonces vos...
- No te veo llorando-dijo la Maga-. Para vos sería como un desperdicio.
-Alguna vez he llorado.
-De rabia, solamente. Vos no sabés llorar, Horacio, es una de las cosas que no sabés.
Oliveira atrajo a la Maga y la sento en las rodillas. Pensó que el olor de la Maga, de la nuca de la Maga, lo entristecía. Ese mismo olor que antes...<>, pensó confusamente. <>
-Nunca nos quisimos- le dijo besándola en el pelo.
-No hablés por mí- dijo la Maga cerrando los ojos-.Vos no podés saber si yo te quiero o no. Ni siquiera eso podés saber.
-¿Tan ciego me creés?
-Al contrario, te haria tanto bien quedarte un poco ciego."

domingo, 9 de noviembre de 2008

Por el camino de Swann

"Es trabajo en vano tratar de revivirlo [el pasado] ; todos los esfuerzos de nuestro intelecto son inutiles. El pasado se oculta fuera de los dominios y del alcance del intelecto, en algun objeto material (en la sensacion que nos daria ese objeto material) que no sospechamos. Y el que nos tropecemos con ese objeto antes de que nos llegue la muerte, depende del azar."

domingo, 5 de octubre de 2008

vida real

"–No siento ningún rencor ni amargura. Estoy viviendo con todo el empuje posible. Y me río y disfruto. Tal como le gustaría a la Trini. Después de aquella noche en la que ella me tranquilizó, abrí las cortinas, llamé al Comité Olímpico que me había ofrecido este trabajo hace tres meses y les dije que aceptaba. Estoy trabajando con mucha alegría, sé que de aquí va a salir algo bueno. También sé que no me puedo farrear el cielo, porque no me voy a perder a la Trini de nuevo. "

Gonzalo de la Carrera, padre de Trinidad, una de las 9 niñas que murieron en el viaje de estudios

Rescate de citas...

las tenía anotadas por ahí...


"Nuestras convicciones más arraigadas, más indubitables, son las más sospechosas. Ellas constituyen nuestro líminte, nuestros confines, nuestra prisión. Poca es la vida si no piafa en ella un afán formidable de ampliar sus fronteras. Se vive en la proporción en la que se ansía vivir más.
Toda obstinación en mantenernos dentro de nuestro horizonte habitual significa debilidad, decadencia de las energía vitales. El horizonte es una línea biológica, un órgano viviente de nuestro ser; mientras gozamos de plenitud, el horizonte emigra, se dilata, ondula elástico casi al compás de nuestra respiración. En cambio, cuando el horizonte se fija es que se ha anquilosado y que nosotros ingresamos en la vejez.
"

La deshumanización del arte, Ortega y Gasset



"Quiso en vano mi ansia vana
taparte el sol con un dedo;
hoy así a la angusta cedo
y al miedo, la frente mustia...
No sé si es odio esta angustia
ni si es amor este miedo."

Glosa, Nicolás Gillén

domingo, 14 de septiembre de 2008

El caldero de Oro, Hoffman

Tengo que preguntarte, amable lector, si en tu vida no has tenido horas y días y semanas en los cuales se te ha presentado todo lo hecho a diario como un verdadero tormento, y en los que todo lo que has considerado como digno de tu esfuerzo te parece estúpido y sin objeto. En esos momentos no sabes qué hacer ni adonde dirigirte; en tu pecho se esconde el sentimiento de que en alguna parte y alguna vez habrá ocasión de llenar cumplidamente todos tus deseos, que el espíritu, como un niño temeroso, no se atreve a formular; y en este anhelo por lo desconocido, algo que flota por dondequiera que vayas y dondequiera que estés se te aparece como un sueño en el que figuran seres translúcidos que te hacen enmudecer para todo lo que aquí te rodea. Diriges tu mirada turbada en derredor como un amante sin esperanza, y todo lo que los hombres hacen en abigarrado revoltijo te produce dolor y mucha alegría, como si no pertenecieses a este mundo.



martes, 2 de septiembre de 2008

Lección inagural

"Esta libertad es un lujo que toda sociedad debería procurar a sus ciudadanos: que hayan tantos lenguajes como deseos; proposición utópica puesto que ninguna sociedad está todavía dispuesta a aceptar que existan diversos deseos. Que una lengua, la que fuere, no reprima a otra; que el sujeto por venir conozca sin remordimientos, sin represiones, el goce de tener a sus disposición dos instancias de lenguae, que hable una u otra según las perversiones y no según la Ley"

(Barthes, Lección inagural)

*La negrita es mía.

miércoles, 27 de agosto de 2008

pecado.

"Hay momentos, nos dicen los psicólogos, en que la pasión por el pecado, o lo que ls hombres llaman pecado, domina así nuestra naturaleza, en que cada fibra del cuerpo, cada célula del cerebro, parecen poseer instintivamente impulsos medrosos. Los hombres y las mujeres, en tales momentos pierden la libertad de su albedrío. Van hacia su terrible fin como autómatas. Se les niega la elección y la conciencia de ambos está muerta, o si vive todavía, vive sólo para dar su hechizo a la rebelión y su encanto a la desobediencia. Porque todos los pecados, como están cansados de recordárnoslo los teólogos, son pecados de desobediencia. Cuando aquel espíritu altivo, aquela estrella matutina satánica, cayó del cielo, cayó como un rebelde." (Wilde, O, El retrato de Dorian Gray, p.134)

miércoles, 20 de agosto de 2008

"Cuando escribo sólo existe lo que escribo. Aquello que he sentido como diferente, que no he podido decir y que se me ha escapado, son ideas o un verbo robado, y que destruiré para reemplazarlo por otra cosa."

Rodez, abril 1946

domingo, 6 de julio de 2008

Porque no se puede esperar que el resto haga algo.

"¿Conocéis la historia de los 113? Me la contó un amigo con ocasión de las felicitaciones navideñas:

Hay quienes hacen algo,
hay quienes no hacen nada.
Hay tres que hacen algo.
Hay diez que dan conferencias
sobre lo que hacen los tres.
Hay cien que dan conferencias
sobre lo que dicen los diez.
Lo que sucedió fue que uno de los ciento diez
acabó por explicar la manera de hacer algo a uno de los tres.
Entonces uno de los tres, interiormente exasperó
(y, exteriomente, sonrió)
pero calló, porque no estaba acostumbrado a hablar.
Además, tenía algo que hacer.
"


(Etchegaray, 40)

Etchegaray, Roger. Verdadero Dios y verdadero hombre

sábado, 19 de abril de 2008

Into the wild

Estos versos de Lord Byron aparecen al comienzo de la película Into the wild (acabo de terminar de verla y necesitaba guardar esto en algún lugar :B )


There is a pleasure in the pathless woods,
There is a rapture on the lonely shore,
There is society, where none intrudes,
By the deep sea, and music in its roar:
I love not man the less, but Nature more...


Hay placer en los bosques sin senderos
Hay éxtasis en una costa solitaria
Está la sociedad, en donde nadie se inmiscuye.
Por el océano profundo, y la musica con su rugido:
No amo menos al hombre, pero sí más a la naturaleza...

viernes, 4 de abril de 2008

El Otro Yo -Mario Benedetti [Cuento. Texto completo]

Por que dejar de ser uno no siempre es bueno....

Se trataba de un muchacho corriente: en los pantalones se le formaban rodilleras, leía historietas, hacía ruido cuando comía, se metía los dedos a la naríz, roncaba en la siesta, se llamaba Armando Corriente en todo menos en una cosa: tenía Otro Yo.

El Otro Yo usaba cierta poesía en la mirada, se enamoraba de las actrices, mentía cautelosamente , se emocionaba en los atardeceres. Al muchacho le preocupaba mucho su Otro Yo y le hacía sentirse imcómodo frente a sus amigos. Por otra parte el Otro Yo era melancólico, y debido a ello, Armando no podía ser tan vulgar como era su deseo.

Una tarde Armando llegó cansado del trabajo, se quitó los zapatos, movió lentamente los dedos de los pies y encendió la radio. En la radio estaba Mozart, pero el muchacho se durmió. Cuando despertó el Otro Yo lloraba con desconsuelo. En el primer momento, el muchacho no supo que hacer, pero después se rehizo e insultó concienzudamente al Otro Yo. Este no dijo nada, pero a la mañama siguiente se habia suicidado.

Al principio la muerte del Otro Yo fue un rudo golpe para el pobre Armando, pero enseguida pensó que ahora sí podría ser enteramente vulgar. Ese pensamiento lo reconfortó.

Sólo llevaba cinco días de luto, cuando salió a la calle con el propósito de lucir su nueva y completa vulgaridad. Desde lejos vio que se acercaban sus amigos. Eso le lleno de felicidad e inmediatamente estalló en risotadas.

Sin embargo, cuando pasaron junto a él, ellos no notaron su presencia. Para peor de males, el muchacho alcanzó a escuchar que comentaban: «Pobre Armando. Y pensar que parecía tan fuerte y saludable».

El muchacho no tuvo más remedio que dejar de reír y, al mismo tiempo, sintió a la altura del esternón un ahogo que se parecía bastante a la nostalgia. Pero no pudo sentir auténtica melancolía, porque toda la melancolía se la había llevado el Otro Yo.

miércoles, 26 de marzo de 2008

Poesía.

"La poesía es a la prosa, o lenguaje ordinario, lo que la danza es ala marcha, es decir, un empleo de los mismos recursos, pero -coordinados y excitados de modo diferente- , en un sistema de -actos que [en adelante ]tienen su fin en mismos-"

Malherbela, en "Ficción y dicción", Genette.

CHAU NÚMERO TRES

Te dejo con tu vida
tu trabajo
tu gente
con tus puestas de sol
y tus amaneceres

sembrando tu confianza
te dejo junto al mundo
derrotando imposibles
segura sin seguro

te dejo frente al mar
descifrándote sola
sin mi pregunta a ciegas
sin mi respuesta rota

te dejo sin mis dudas
pobres y malheridas
sin mis inmadureces
sin mi veteranía

pero tampoco creas
a pie juntillas todo
no creas nunca creas
este falso abandono

estaré donde menos
lo esperes
por ejemplo
en un árbol añoso
de oscuros cabeceos

estaré en un lejano
horizonte sin horas
en la huella del tacto
en tu sombra y mi sombra

estaré repartido
en cuatro o cinco pibes
de esos que vos mirás
y enseguida te siguen

y ojalá pueda estar
de tu sueño en la red
esperando tus ojos
y mirándote

(Mario Benedetti)

lunes, 24 de marzo de 2008

Jorge Luis Borges.

Creo que las tres alucinamos con el poder de cada palabrita, unas más literatamente y otras más lingüísticamente, algunas amaremos el poder que tienen según su uso, otras la belleza que se logra segun su posición en la "cadena sintagmática"... cómo sea el lenguaje nos permite escribir, hablar, conocernos, ser amigas...
Y como este blog se llama : "Cuando nuestras palabras no bastan", busqué este texto, porque quizás Borges tiene la respuesta, tal vez no bastan porque toda palabra es abreviatura, nunca es la realidad, jamás la palabra será el sentimiento tal cuál quisiéramos expresar.


"El lenguaje es un ordenamiento eficaz de esa enigmática abundancia del mundo. Dicho sea con otras palabras: los sustantivos se los inventamos a la realidad. Palpamos un redondel, vemos un montoncito de luz color de madrugada, un cosquilleo nos alegra la boca, y mentimos que esas tres cosas heterogéneas son una sola cosa y que se llama naranja. La luna misma es una ficción. Fuera de conveniencias astronómicas, que no deben atarearnos aquí, no hay semejanza alguna entre el redondel amarillo que ahora está alzándose con claridad sobre el paredón de la Recoleta y la tajadita rosada que vi en el cielo de la plaza de Mayo, hace muchas noches. Todo sustantivo es abreviatura. En lugar de contar frío, filoso, hiriente, inquebrantable, brillador, puntiagudo, enunciamos puñal; en sustitución de alejamiento del sol y progresión de sombra, decimos atardecer.”

miércoles, 19 de marzo de 2008

Domingo de lluvia

Porque creo que muchas veces nos sentimos así, es que me gustó mucho
este cuento.

En la calle llueve y usted está parado en la puerta de su casa esperando a que el cigarrillo termine de consumirse entre sus labios.Está pensando adónde irá precisamente.Hoy es domingo, y los domingos son culpables de la soledad de las veredas.Usted tiene un paraguas en una de sus manos, es un paraguas negro que, plegado, tiene algo de pájaro siniestro.Usted abre el paraguas sin preocuparse de sacudirlo varias veces antes de hacerlo. Y entonces es usted responsable de todos los recuerdos que caen sobre su cabeza.Usted empieza a caminar bajo el paraguas y siente que es demasiado grande. La misma sensación de arquitecturas abandonadas sobreviene al contemplar el asiento vacío del auto, o al mirar la mitad de la cama desierta, inútilmente grande. Esa soledad de las camas donde crecen con tanta fertilidad los hongos del olvido.Más allá del paraguas cae la lluvia y, bajo el paraguas, llueven también húmedas reminiscencias de otros días que le hacen a uno sentirse culpable por no haber tomado las precauciones necesarias.Usted sigue caminando bajo el paraguas. Lo cambia de mano, realiza todos los trucos inútiles del hombre solo al comienzo de un domingo, trata de convencerse de que lo ocupa todo, de que nada ni nadie falta bajo la tela negra. Pero sus tretas sólo aumentan su soledad de caminante dominguero.Usted siente entonces el eco de sus pasos. Ese timbal urdidor de rumbos forzados, látigo de galeote o de redoble de tamborcitos de hojalata que conducen al guiñol hasta la guillotina.Usted siente entonces unas ganas irrefrenables de llorar, y naturalmente puede hacerlo.Bastará con que baje el paraguas hasta que la perspectiva reluciente de la calle se borre en el presente de tela negra que bloqueará sus ojos y no vea nada más que el juego de varillas, esas costillas plateadas de murciélago matinal, y, si piensa que alguien puede verlo, bastará con que cierre discretamente el paraguas con su cabeza metida entre las varillas, como si estuviera comprobando la perfección del mecanismo mientras la lluvia cae sobre sus hombros, que a ratos se estremecen, y sus lágrimas se confunden con la humedad de la tela.